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Existe un registro histórico
de cuando cierto político
se hallaba en situación crítica
frente a una turba colérica,
que, con lenguaje folclórico,
le hacía acotación genética.
Para evitar algo trágico,
les dijo con voz enérgica:
"Si creen que con tal retórica
se arregla la problemática...
Digamos en coro armónico:
¡Chingue a su madre -al unísono-
el que habla desde el micrófono!''
Y ante argumento tan cínico,
como un milagro evángelico,
empezó a reir el público.
Después hubo acuerdo lógico.
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jajajajaja. muy buena su verva florida, comparto la acotacion genetica.
ReplyDeletesaludos